Hermosos escudos, sobrias y
recogedoras charlas sobre diversos asuntos fluían naturalmente entre los cantos
que evocaban el heroísmo de otros tiempos, no se hacían esperar las preguntas y
naturalmente las respuestas adecuadas a aquellos espíritus inquietos de
conocimiento. Eran extenuantes las horas de entrenamiento en alguna arte
marcial que no solo templaban el cuerpo sino que disciplinaba también el
corazón, jornadas que culminaban en alguna aventura medieval nocturna u obra de
teatro cuya historia evocaba la gracia de “nuestra señora”.
Pregunte tiempo después: ¿Qué
habíamos vivido en los maravillosos años noventa en la experiencia tardía en Tradición Familia y Propiedad (TFP)?
Respondieron: -estábamos en guerra fría joven. Repare en mi interior sobre la
propaganda negra que aun hoy existe sobre el asunto, sin duda, como el mismo Plinio Correa de Oliveira (Fundador
TFP) señalaba: la crisis del mundo moderno, es la crisis del hombre mismo.
Tardes completas después de la
escuela pasaba a visitar los grandes textos que reposaban en su biblioteca de
aquella sede ubicada en Chapinero alto, entre ellos, Revolución
y Contra-revolución libro que aún hoy conservo no sin pocos esfuerzos
hermenéuticos para tratarlo, debo reconocer que la pluma del Dr. Plinio me
sacude hoy tanto como en aquel tiempo.
Fue en una tarde de Marzo que
hable por única vez con el hoy Monseñor Joao Cla Diaz, quien en nuestro
encuentro, lo recuerdo como si fuera ayer, hablo clara y pausadamente sobre el
don de la inteligencia en Plinio Correa; sorpresa fue encontrar en la web que
su tesis doctoral en teología fuese justo en ese mismo tema que ya venía
encubando por aquel entonces.
Algunas de estas joyas que nos
dejó, ese don de su inteligencia es sin duda lo que el Dr. Plinio llamo Ambientes, Costumbres y Civilizaciones,
una serie de pequeños relatos que dejan ver la verdadera grandeza de un
espíritu y mente serena y elevada. Lo acompañan reflexiones sobre el trabajo,
la templanza, la vida memorable y la que es hoy por hoy de mi más alto agrado y
que comparto junto con esta; en ella se versa sobre el significado moral de los
pequeños objetos caseros y los movimientos del alma entre lo trascendente y lo
inmanente, rescata la inocencia del gatito (en foto mis gatas) que hacen de la
hermenéutica de la obra plástica un verdadero banquete para el alma:
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