Mg. Daniel Alberto Cardona Gómez
El
concepto fenomenología en su sentido etimológico se compone de dos
términos griegos: fenómeno y logos, que muestran que la procedencia de
los mismos se remonta a los orígenes mismos del pensar en occidente. Fenómeno
(φαινομενον) significa lo que se muestra y logos (λογοσ) se refiere a un
hablar con el mundo que esta ahí; fenomenología finalmente significa:
“dejar ver por sí mismo lo que se muestra en sí mismo”.
El
fenómeno (lo que se muestra) abarca la totalidad de lo que se presenta a
sí mismo, es lo que los griegos designaron de la misma forma como lo ente (τα
οντα). Sin embargo, no todo lo que se muestra es lo que es, ya que el modo de
comparecer de los entes puede ser también apariencia (Schein); por lo
tanto φαινομενον también puede significar apariencia. La aproximación
etimológica del término φαινομενον es: φα (La luz, la claridad, allí donde algo
se aparece, se hace visible en si mismo), φαινο (Sacar a la luz, hacer que algo
sea visible en sí mismo, poner a la luz.) φαινεσται (Mostrarse) y finalmente
φαινομενον (Lo que se muestra, mostrarse solo como, apariencia).
Fenómeno -el mostrarse en sí mismo- significa una
señalada forma de hacer frente a la Apariencia,
por el contrario, mienta una relación de referencia dentro del ente
mismo- y que es ella misma un ente-, de tal suerte que lo que hace referencia solo puede cumplir su posible
función cuando se muestra en sí mismo o es “fenómeno” (1).
El término que mejor se facilita para mostrar a la φαινομενον
como apariencia es el síntoma (Erscheinung); este es un acontecimiento
esporádico que remite a otros acontecimientos de los que se dice algo pero que
no aparecen, no se manifiestan, por ejemplo, el dolor es el síntoma de que algo
no marcha como debería en el cuerpo, una advertencia, mas no es la enfermedad
misma. El dolor en este sentido encubre la enfermedad. El síntoma como
la apariencia es diferente a lo que quiere significar el φαινομενον en el sentido
auténtico ya que éste, el fenómeno en sentido auténtico, no remite a ninguna
otra entidad sino que se manifiesta en si misma y por sí misma.
Lo encubierto es el concepto contrario a fenómeno y los
encubrimientos son precisamente el asunto inmediato de la reflexión
fenomenológica (…) El encubrimiento puede ser de varios tipos: primero, un
fenómeno puede estar encubierto en el sentido de que aún no ha sido descubierto,
ni se sabe ni hay indicios de subsistencia. También un fenómeno puede
estar sepultado o enterrado. Esto
significa que en un momento, anteriormente, se descubrió, pero luego quedó de
nuevo encubierto (2).
El fenómeno, de acuerdo con lo anterior, no se muestra
ciertamente a una mirada simple e ingenua ya que por lo general el fenómeno
está encubierto y no es fácil de percibir. El fenómeno es siempre mostrable y
puede mostrarse, es decir, no es algo que está detrás de lo que se puede
mostrar a lo cual solo se puede llegar mediante deducciones e inferencias.
La ocultación del fenómeno tiene para la fenomenología una
importancia de primer grado ya que lo que puede ser fenómeno está ante todo y
la mayoría de las veces oculto, entonces es necesario un saber que nos permita
leer y comunicar (λογοσ) los fenómenos.
Es importante, por lo tanto, realizar una aproximación
también al término logos (λογοσ), el cual proviene del griego λεγειν y
ha venido a significar ciencia de; por ejemplo, cuando logos hace
parte de un término compuesto como biología, teología; sin embargo, el
sentido originario de λογοσ no significa un conjunto de proposiciones y
enunciados acerca de un dominio de cosas, sino que λεγειν trae un significado
más específico: hablar acerca de algo, discurso acerca de algo. Aristóteles
presentó el sentido de logos como el hacer ver algo en sí mismo a
partir de sí mismo. Empero, el discurso no significa el acto simple de
componer palabras y decirlas, para los griegos λεγειν está relacionado con
δελοιν, que significa hacer manifiesto aquello de lo que se habla, de lo que
versa el discurso. Desde esta perspectiva, Aristóteles definió el logos como
αποφαινεσται, hacer ver algo en sí mismo por sí mismo.
En el ejercicio concreto del habla, en el discurso, puede
interpretarse el logos como φονη: voz; en este sentido la voz sería lo que es
el Erscheinung al fenómeno.
Para Aristóteles “los sonidos emitidos
por la voz (τα εν τη φονη) son los símbolos del estado del alma (…), y las palabras
escritas los símbolos de las palabras emitidas por la voz” (De la
interpretación 1, 16 a 3), es porque la voz, productora de los primeros símbolos, tiene una relación
de proximidad esencial e inmediata con el alma productora del primer
significante (3).
No todo discurrir es una proposición teórica como en el caso
de una exclamación y una suplica, evidentemente significan algo pero no en el
sentido del λογοσ αποφαντιχοσ, sino como σεμαντιχοσ. A continuación se presenta
una aproximación a el sentido originario de λογοσ αποφαντιχοσ que hace
referencia a: δελοιν (Hacer manifiesto), λεγειν (Discurso), λογοσ (Hacer
manifiesto aquello de lo que se trata en el discurso a través del mismo), λογοσ
σεματιχοσ (El habla o el discurso sin referencia explícita a algo solo es la
φονη, la voz, como en el caso de las exclamaciones o de una súplica) y λογοσ
αποφαντιχοσ (Este es el sentido funcional, estricto, de λογοσ, tal como
Aristóteles lo elaboró). El λογοσ en tanto αποφαντιχοσ es hacer ver algo en
sí mismo a partir (απο) de sí mismo; αποφαντιχοσ significa algo a
partir de donde significar, no solo el significado como en el caso del λογοσ
σεματιχοσ, el λογοσ αποφαντιχοσ, en cambio siempre es una proposición.
El sentido originario de λογοσ es el que presentó Aristóteles
como: λογοσ αποφαντιχοσ; en este sentido resulta que el logos tiene íntima
relación con el fenómeno, con lo que se muestra.
Esta aproximación a los significados originarios de fenómeno
y logos nos permitirá realizar de manera comprensiva el sentido
auténtico de la expresión fenomenología, esto es: comprender o
desocultar el camino del pensar que indica el habla cuando el filosofar plantea
la exigencia de ir a las cosas mismas.
La fenomenología (4) es λεγειν τα φαινομενα = αποφαινεσται τα
φαινομενα, que significa: hacer ver lo que se muestra, a partir de lo que se
muestra; así la expresión fenomenología nombra el cómo algo está
para el λεγειν, para la exposición y para la interpretación conceptual; la
misión del ejercicio fenomenológico es entonces retirar lo que impide la interpretación
y exposición de lo que se muestra.
Ahora bien, la relevancia de presentar el sentido originario
de los términos no sólo tiene como finalidad identificar el origen y sentido de
los términos que se presentarán a lo largo de esta exposición; la importancia
del análisis etimológico proviene de la relevancia que Heidegger coloca al
sentido originario de los conceptos en sus textos más representativos: Ser y
Tiempo, Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, La idea
de la filosofía y el problema de la concepción del mundo y Los problemas
fundamentales de la fenomenología, entre otros; en donde éste aborda el
sentido de la fenomenología dentro de su sistema ontológico o más exactamente
en la analítica existencial.
La génesis de la transformación hermenéutica de la
fenomenología tiene su punto arquimédico en el análisis que Heidegger hace del
sentido originario del λεγειν τα φαινομενα = αποφαινεσται τα φαινομενα, dado
que Husserl habría presentado a la fenomenología con unos rasgos diferentes a
lo que significa originariamente la fenomenología.
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Bibliografía
(1)HEIDEGGER, Martín. Ser y Tiempo. Traducción
de José Gaos. México: F.C.E, 1986. p. 41
(2) HEIDEGGER,
Martín. Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo. Op. cit.,
p. 116
(3) DERRIDA,
Jacques. De la gramatologia. Traducción de Oscar del Barco y Conrado
Cereti. Mexico: Siglo XXI, 1971, p. 17 6 HEIDEGGER, Martín. Ser y Tiempo. Traducción
de José Gaos. México: F.C.E, 1986. p. 41
(4) La palabra fenomenología
aparece en el siglo XVIII en la escuela de Wolf, en el Neues Organon, y
ha venido a significar: Doctrina para apartar la apariencia. Cf. BERCIANO,
Modesto. Op. cit., p. 95.
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