El enfoque estatal de formación por competencias: horizontes de interpretación para la militancia política.
Mg. Daniel Alberto Cardona Gómez
En
la actualidad el gobierno colombiano, a través del Ministerio de Educación
Nacional, ha implementado un enfoque educativo por competencias, el cual tiene
su génesis en las demandas globales de mercado y en la agenda política
neoliberal trasnacional. Dicho enfoque de educación por competencias ha venido
paulatinamente adaptando a su discurso elementos de la pedagogía para
justificar la importancia de una transformación del perfil político del
ciudadano (Restrepo, 2005) en conformidad con los valores individualistas y
utilitaristas que demanda la sociedad capitalista.
La educación
colombiana adopta una perspectiva política la cual trae necesariamente consigo
un perfil determinado de escuela, universidad, docente y estudiante como se ha
podido evidenciar en las profundas reformas actuales curriculares con las que la
calidad y eficiencia, antes criterios de la empresa, se posicionan como elementos constitutivos de la
pedagogía y la didáctica; así lo demuestra la afanada preocupación por la
estandarización de los contenidos, investigación, número de doctores,
evaluación y monitoreo del aprendizaje.
Con
estos fines políticos sobre la educación, se evidencia un aumento en los
dispositivos de vigilancia y control entre los cuales encontramos a la legislación
educativa como elemento sustantivo que posibilita el disciplinamiento de todos
los actores del sistema educativo, así como las pruebas estandarizadas y por
supuesto los estatutos docentes que tienen como centro la relación evaluación -
despido.
A
diferencia de otros países del cono sur, Colombia no ha presentado sistemáticas
y profundas movilizaciones de resistencia a estas transformaciones neoliberales
de las que ha sido objeto el sector educativo, sin embargo, la gran movilización
estudiantil durante los años 2010- 2012 que logró no solo empantanar la reforma
a Ley 30 de Educación Superior sino que también encendió de manera masiva una
alarma social frente al futuro del país a causa de las reformas educativas y su
trasfondo político, alarma que conlleva a que los actores educativos nos
interroguemos por los elementos interpretativos de la situación, puesto que no
se puede transformar la realidad social sin antes conocerla, en otras palabras,
si no se tiene una actitud académica hermenéutica.
Encontrar
los impactos manifiestos que este enfoque educativo tiene para un actor
determinado, iniciará necesariamente por dilucidar los elementos
interpretativos, es decir, los horizontes teóricos que permitan una
aproximación crítica (krino) si entendemos por tal, la actividad la de
clasificar los elementos que nos son indispensables para así poderlos
considerar con claridad hermenéutica.
Se hace indispensable entonces una aproximación al impacto de las competencias educativas al perfil del
docente como sujeto político en Colombia, Interrogante que desde una perspectiva hermenéutica,
más que un fin será un medio, un pre-texto para abordar elementos
interpretativos que den luces sobre el enfoque estatal de formación, su
relación con la política económica y por supuesto los principios teóricos a
considerar para una mirada reflexiva a la situación actual del magisterio en
Colombia.
Naturalmente
la situación no queda totalmente resuelta en esta presentación, más sin
embargo, se considera que el trabajo permite valiosos avances teóricos en el aprendizaje
del análisis de las políticas públicas, como elemento de estudio que se abordó
en el trascurso de la Maestría de Estudios Políticos, lo cual permitirá que el autor
continúe el desarrollo y profundización crítica de la misma problemática, tanto
en la academia como en la militancia política.
Ahora
bien, en términos teóricos, para responder a dicha inquietud investigativa la
exposición parte de dos presupuestos; el primero, el que ha manifestado la Federación
Colombiana de Educadores (2012) presupuesto que afirma que el perfil político
del docente ha quedado reducido al desarrollo autómata de procesos
“pedagógicos” del que no es participe en su diseño y por lo tanto le convierte
en un docente burocrático y acrítico para lo cual la condición salarial que le
es correspondiente es más que favorable para su control y disciplinamiento.
Dicho presupuesto incentiva la creación de un nuevo estatuto docente para el
país por parte de FECODE; y en el marco de la presente investigación, permite
un punto arquimédico de partida para profundizar, explicar y extender dicha
hipótesis.
El
segundo presupuesto, de naturaleza sociológica, parte de la afirmación de que las
crisis del sector educativo son consecuencia necesaria de las transformaciones
que se producen en el interior de toda sociedad (Azevedo, 2004, p.17) Dicho
presupuesto condujo a identificar las transformaciones sociales que produjeron
que este enfoque de formación por competencias se posicionara sobre otros
procesos educativos y modos de ser de la acción pedagógica en la actualidad.
En
ese sentido, una primera aproximación al respecto encontró en la Riqueza de las Naciones de Adam Smith una ilustración teórica que ejemplifica
las ventajas de desarrollar las competencias en el trabajador, entendidas éstas
como las habilidades, destrezas y juicios,
para el desarrollo de la producción y la supra especialización en los oficios
específicos, presentando así la importancia de la formación del obrero para el
desarrollo entendido como crecimiento económico.
De
este modo, la competencia empieza a
ser considerada como objeto de la educación en el contexto de una sociedad que
pasa de un modelo económico y político caracterizado por el feudalismo a un
modelo de sociedad que paulatinamente muta hacia el capitalismo. En dichas
transformaciones sociales se evidencia como el conocimiento se incorpora al
manejo de la mano de obra como elemento de perfeccionamiento sistemático de la
misma, convirtiendo al trabajo del hombre en mercancía, liberando a su vez al
trabajo de la exclusiva responsabilidad sobre la tierra.
Se
encuentra que se continúan presentando transformaciones en el sistema de
producción capitalista lo cual traerá para la educación nuevas formas de
entender el trabajo y el perfil del obrero. El fordismo, por ejemplo, al
emplear sistemas tecnológicos para la producción masiva, demanda del obrero la
capacidad de manipular artefactos, el trabajador será el responsable de la
administración de los servicios blandos encargados de la producción.
El
toyotismo inserta el concepto de calidad
total al proceso productivo lo cual demanda del trabajador otra formación,
no solo en los aspectos del saber hacer, de lo artesanal, sino también en los
desarrollos cognitivos que demandan del trabajador intervenir de manera
creativa, eficaz y eficiente en el perfeccionamiento del sistema y en la
producción misma, por esta razón los procesos de motivación del trabajador son
fundamentales, así como el sentido de pertenencia a la empresa, institución,
oficio o profesión. Dichas transformaciones del capitalismo se encuentran
asociadas a procesos políticos relacionados con la globalización y el
surgimiento del neoliberalismo.
La
categoría globalización no tiene un significado o asidero unívoco en alguna
tradición epistemológica o disciplina. Las ciencias de la educación han asumido
la globalización como un elemento constitutivo del contexto, el cual trae
nuevos derroteros para la formación de las nuevas generaciones, en ese sentido,
la educación se inserta a procesos de calidad internacional, se compromete con
la formación para la organización mundial del trabajo, con problemáticas de
investigación en ciencia y tecnología al servicio de intereses trasnacionales,
etc. En ese sentido, el currículo escolar se desterritorializa flexibilizando
los tiempos, espacios y contenidos de la enseñanza, posicionado a las
competencias educativas al servicio del mercado global.
La
administración de la educación resulta más compleja en tanto que tiene la
responsabilidad de dar respuesta a estos nuevos derroteros formativos, con
esto, el neoliberalismo presenta alternativas para posicionar a la educación
como un elemento de desarrollo económico, los primeros pilares de esta
racionalidad política son convertir la educación en un servicio cada vez más
separado del control estatal, lo cual faculta a los privados a ofrecer el
servicio público de la enseñanza, y con ello se posiciona el modelo empresarial
(taylorismo, fordismo, toyotismo) como el modelo más eficiente para la
formación humana, la educación se mira a sí misma como una empresa y el
conocimiento se convierte en un bien transable que puede adquirirse por vías
del mercado.
El
neoliberalismo termina imponiendo un pensamiento único, vivir en función de la
competitividad y en pro de alcanzar fines utilitaristas, la pedagogía ha sido
reducida a un discurso inoperante bajo las orientaciones formativas del mercado,
imposibilitando la existencia de otros modos de vida. El discurso de formación
por competencias no solo se posiciona como un enfoque educativo sino como un
sistema de aconductamiento biopolítico que trabaja sobre las reglas del juego (Díaz,
2011) coartando la libertad de optar por otros mundos posibles e impidiendo una
educación para la libertad.
Las
escuelas desechan la pedagogía para dar paso a un lenguaje de la eficacia,
eficiencia y calidad total, permitiendo que la educación se mida como cualquier
mercancía; lo que era un enfoque de formación se posiciona gracias al
neoliberalismo como una demanda estatal para la educación, como un requisito
para que cualquier institución pueda ofrecer el servicio educativo,
coaccionando a la ciudadanía a un único modo de ser en el mundo, el del mercado.
En
Colombia, la asimilación de este enfoque de formación por competencias ha
venido gestándose paulatinamente en el transcurso de las últimas tres
administraciones.
Pastrana desarrolla procesos de organización de la educación en
función de las reglas del mercado, se presenta la regulación del gasto docente,
razón por la cual se plantea un nuevo estatuto que tiene como finalidad la
evaluación-despido y se postulan las competencias educativas como indicadores
de calidad reguladas por pruebas estandarizadas.
En
la administración Uribe la educación se ve enmarcada dentro del denominado estado
comunitario, basado en la lucha contra la insurgencia y un modelo de gobierno
burocrático y autoritario. La educación en este período presenta un
considerable aumento de las carreras técnicas lo cual, junto con la
implementación del decreto docente legado por la administración Pastrana, permiten
al Estado contar con más recursos para la lucha contra insurgente.
La
política educativa de esta administración profundizó aún más en las políticas
neoliberales, estimulando los subsidios a la demanda educativa como estrategia
para aumentar la tasa de cobertura de la educación, estrategias que se llevaron
sobre las espaldas del magisterio colombiano en tanto que sus condiciones
laborales se desmejoraron considerablemente y se desestimuló la docencia al
permitir que cualquier profesional asumiera la profesión docente.
En
la administración Santos se hace efectiva la resolución legada por el gobierno
Uribe, que establece la formación que deben tener los docentes en las
Facultades de Educación, resolución que a su vez presenta los criterios sobre
los cuales los maestros serán evaluados como condición para la permanencia en
el sector público de la educación. Dicha resolución plantea que el perfil del
docente ha de ser basado bajo la racionalidad de las competencias educativas
que los faculte a su vez para formar ciudadanos competentes que puedan
insertarse por vías de la enseñanza al sistema político y económico actual.
La
racionalidad política y económica del presente ha posicionado a la formación
por competencias y como todo enfoque educativo, este también plantea un perfil
determinado en todos los actores que intervienen en la escuela, especialmente
del maestro como centro gestor de la enseñanza.
El
recorrido realizado permite componer una mirada crítica al perfil del docente
como sujeto político en Colombia, y como se afirmó con anterioridad este trabajo queda naturalmente inconcluso, sin
embargo posibilita espacios para continuar la reflexión crítica puesto que se
denuncia en esta exposición la muerte política de la pedagogía, la
burocratización del ejercicio docente y la constricción de las libertades
políticas que naturalmente posee el sujeto docente.
Desde esta perspectiva se invita a reflexionar sobre los diferentes ejes temáticos que se presentan a continuación:
1).
Racionalidad política educativa contemporánea
2).
Principales reformas políticas de educación en Colombia
3).
Sujeto político docente y su perfil en prospectiva
Cada
uno de los ejes temáticos abordado desde las siguientes tres perspectivas:
a).
Epistemológica.
b).
Teoría política.
c).
Teoría de las ciencias críticas de la educación.
a. Perspectiva
epistemológica: Define el significado, alcances y
marcos de interpretación teórico - conceptuales de los principales conceptos.
b. Perspectiva
teoría política: Contextualiza, brinda un horizonte de
interpretación a la situación de las racionalidades, expone las tensiones de
poder, evidencia las principales reflexiones teóricas sobre la toma de
decisiones gubernamentales y con esto evidencia las principales coyunturas para
el análisis político de los asuntos abordados permitiendo el estudio
comprensivo de los mismos.
c. Perspectiva
de las ciencias críticas de la educación:
Brinda los elementos interpretativos frente al sujeto docente, los impactos de
las políticas públicas en los procesos de enseñanza y aprendizaje; coloca a
disposición los principales debates de las ciencias de la educación en función
de las dinámicas políticas, económicas, sociales y pedagógicas de la
actualidad.
A continuación se describen cada uno de los
ejes estructurales por medio de los cuales se organiza el análisis
investigativo sobre la evolución del perfil docente en Colombia.
Las competencias educativas
y racionalidad política contemporánea: Facilita
la comprensión de las lógicas que dinamizan, transforman y componen el nuevo
imaginario de sociedad actual. En el caso particular de la racionalidad que se
desea abordar en este trabajo, ésta pasa por diferentes momentos en una aproximación
fenomenológica que va desde el desarrollo del concepto mismo de racionalidad
hasta la composición de los diversos escenarios de
referencias del mismo, en este caso la globalización y el neoliberalismo.
Políticas públicas de
educación en Colombia: Sitúa la discusión en torno
a lo que el Ministerio de Educación Nacional ha venido demandando con el nombre
de enfoque de formación por competencias como elemento fundamental de su
política pública de educación. Se parte del supuesto que dicho enfoque emerge
de las demandas incorporadas por los organismos de regulación supranacional
como lo son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (Estrada, 2002, p. 11) y gestionadas en un proceso
sistemático en el transcurso de las administraciones Pastrana, Uribe y Santos.
El perfil político del
docente y sus transformaciones en prospectiva: Aporta
elementos de juicio para identificar las distintas dimensiones del ser docente,
desde una perspectiva teórica, que permita a la luz de los desarrollos de la
política pública educativa en Colombia ofrecer una mirada crítica al perfil del
docente en las nuevas transformaciones de la educación.
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